En Colombia la movilidad urbana se ha
convertido en un tema cada vez más relevante pues afecta tanto a la calidad de
vida de los ciudadanos como al medio ambiente. La falta de sistemas de
transporte eficientes y sostenibles, combinada con una deficiente planificación
urbana y la congestión vehicular, hacen que encontrar soluciones de fondo a los
problemas de la movilidad sea un desafío que no podemos seguir evadiendo, especialmente en las ciudades donde el tráfico y la
contaminación son un problema constante.
El problema de la movilidad urbana en
Colombia se debe en gran parte a la dependencia del transporte particular.
Según cifras del DANE, el 69% de los desplazamientos en Colombia se realizan en
vehículos particulares, mientras que solo el 20% se realizan en transporte
público. Esto se debe a la falta de una infraestructura adecuada para el
transporte público y la falta de confianza de los ciudadanos en la seguridad y
la eficiencia de los sistemas de transporte público.
Otros factores que suman al problema son
la falta de infraestructura y de seguridad para la movilidad activa, como lo
son el ciclismo y caminar. La mayoría de las ciudades colombianas carecen de
ciclo rutas, de andenes anchos y de garantías de seguridad, lo que hace que los
ciclistas y peatones estén expuestos a altos riesgos en las calles.
Por ejemplo, en una ciudad como Ámsterdam,
donde hay 4 veces más bicicletas que carros, las personas realizan más del 35%
de sus desplazamientos diarios en bicicleta, y esto se debe a que la
infraestructura de esa ciudad, como está diseñada hoy, hace que moverse en
bicicleta sea la primera opción. En
Paris, desde el 2014, cuando se empezó la construcción de una red de ciclo
rutas que cubre prácticamente toda la ciudad, el uso de la bicicleta ha
aumentado en un 62% y el uso de los carros particulares ha disminuido
considerablemente. En ambas ciudades lo que principalmente ha cambiado es la
voluntad política de sus ciudadanos y de sus gobernantes para migrar hacia un
sistema de movilidad que es más eficiente, que mejora la calidad de vida de las
personas y que es más amigable con el medio ambiente.
La movilidad sostenible está probando
ser una buena solución para los problemas de movilidad en muchas ciudades del
mundo y en mi opinión ya es hora que en Colombia la empecemos a implementar de forma
sistemática, pensando en el futuro y en el bienestar de nuestras ciudades. La
movilidad sostenible se refiere al uso de sistemas de transporte que sean
seguros, eficientes y amigables con el medio ambiente.
Para que en Colombia logremos hacer la
transición hacia la movilidad urbana sostenible, es necesario que nuestros gobernantes, las empresas y los
ciudadanos trabajemos juntos para crear sistemas de transporte que se ajusten a
nuestras necesidades; por lo que a mi juicio estos serían los cinco aspectos
claves para tener en cuenta para ser exitosos en dicho propósito:
1. Fomentar el uso del transporte público. Se
debe invertir en infraestructura de transporte público eficiente y seguro, así
como mejorar la calidad de los servicios prestados en la actualidad. Para
fomentar el uso del transporte público, es necesario reducir los costos,
mejorar la frecuencia de los servicios y mejorar la accesibilidad para las
personas con discapacidades. Además, se deben crear incentivos para que las
personas usen el transporte público, como descuentos en las tarifas, carriles
exclusivos para buses y servicios de transporte público gratuitos en días de
alta contaminación.
2. Promover el uso de la bicicleta y la
caminata. Las ciudades colombianas deben invertir en obras de infraestructura
seguras para ciclistas y peatones, como ciclo rutas y andenes amplios. Además,
se deben crear incentivos para que las personas usen la bicicleta y caminen,
como programas de préstamo de bicicletas, parqueaderos seguros para bicicletas
(en zonas cercanas a las grandes estaciones del servicio masivo de transporte),
y crear campañas de concientización sobre los beneficios de la movilidad
activa.
3. Estimular el uso de vehículos (carros y
motos) eléctricos y de combustibles alternativos. Se debe invertir en
infraestructura para masificar los puntos de recarga para los vehículos
eléctricos y crear incentivos tributarios para que las empresas y los
particulares adquieran vehículos eléctricos y de combustibles alternativos
(como por ejemplo el hidrógeno). Además, se pueden promover programas de
intercambio de vehículos viejos por vehículos más eficientes y menos
contaminantes, así como establecer normativas y regulaciones para reducir la
emisión de gases contaminantes por parte de los vehículos en circulación.
4. Adoptar políticas de planificación
urbana que prioricen el uso del transporte público, la movilidad activa y la
reducción del uso de vehículos particulares. Esto implica el diseño de ciudades
más compactas, con una mayor densidad de población y una mejor conectividad
entre los distintos barrios, lo que permite una mayor accesibilidad y reducción
de los tiempos de desplazamiento.
5. Finalmente, la movilidad sostenible no
es solo un tema de infraestructura y regulación, sino que también implica un
cambio cultural y de comportamiento por parte de los ciudadanos. Es necesario
concientizar a la población sobre los beneficios de la movilidad sostenible y
promover el uso responsable del transporte. Esto incluye prácticas como el uso
de vehículos compartidos (lo que en inglés se conoce como carpooling), la reducción de la velocidad en las vías urbanas, la
reducción de los viajes en vehículos particulares, el uso de tecnologías que
permitan una mejor gestión del tráfico y el fomento de hábitos de movilidad
activa.
En conclusión, la movilidad urbana en
Colombia es un problema importante que requiere soluciones sostenibles y a
largo plazo. La migración hacia una movilidad sostenible implica la adopción de
políticas integrales que abarquen la planificación urbana, el fomento del
transporte público, la promoción de la movilidad activa, la implementación de
tecnologías eficientes y la sensibilización y educación de la población. Solo
mediante una acción coordinada y consciente de los actores involucrados se
podrá avanzar hacia una movilidad más eficiente, segura y sostenible para
nuestras ciudades colombianas.
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