En la Unión Europea ha comenzado
la cuenta regresiva para la implementación del Carbon Border Adjustment
Mechanism (CBAM), un mecanismo de ajuste en frontera por emisiones de carbono
que marcará un antes y un después para las empresas colombianas que exportan a
Europa. Este impuesto busca igualar las condiciones entre productores europeos,
que ya pagan por sus emisiones bajo el régimen de comercio de derechos de
emisión (EU ETS), y sus competidores extranjeros. En términos simples: si su
empresa exporta acero, aluminio, cemento, fertilizantes, electricidad,
hidrógeno o productos intensivos en carbono, ahora tendrá que reportar y
eventualmente pagar por la huella de carbono incorporada en esos bienes.
Para los empresarios
colombianos, esto significa que el precio final de sus productos en el mercado
europeo podría aumentar si no cuentan con procesos productivos sostenibles o
información precisa sobre sus emisiones. Aunque el CBAM empezó su fase de transición
en octubre de 2023, durante la cual solo se exige el reporte de emisiones, a
partir del 1 de enero de 2026 los importadores deberán empezar a comprar
certificados CBAM equivalentes al precio del carbono europeo (estimado en 70
euros por tonelada de CO₂). Este precio se calcula en función del precio medio
semanal de subasta de los derechos de emisión del Régimen de Comercio de
Derechos de Emisión de la UE (RCDE UE), expresado en euros por tonelada de CO₂
emitido.
La situación se complica aún más
si consideramos que el Reino Unido planea aplicar un mecanismo similar a partir
de 2027, siguiendo los pasos de la UE. Por tanto, los exportadores colombianos
no pueden limitarse a ver esto como una política europea, sino como una
tendencia global que redefine el comercio internacional. No adaptarse a tiempo
podría traducirse en pérdida de mercados, sanciones comerciales o incluso la
exclusión de cadenas de valor sostenibles que hoy son una prioridad en Europa.
La buena noticia es que este
reto también representa una oportunidad. Las empresas que inviertan desde ahora
en eficiencia energética, fuentes renovables, sistemas de reporte de emisiones
y estrategias de descarbonización, no solo evitarán sobrecostos por el CBAM,
sino que podrán posicionarse como proveedores confiables y sostenibles en un
mundo que exige cada vez más trazabilidad ambiental. La pregunta no es si su
empresa se adaptará, sino cuándo y cómo. El momento de actuar es ahora. ¿Está tu
negocio preparado para el CBAM?